Con la reciente llegada del invierno, se esperan unos meses donde las temperaturas experimentan las caídas más importantes de todo el año, fundamentalmente por la noche. Es en ese momento cuando la demanda de calefacción sube, con la repercusión que esto tiene para el recibo de la luz y su impacto negativo en el medioambiente.
Según el IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía), solo el consumo de las viviendas españolas supone cerca del 20% del total del país, un consumo que ha ido creciendo en los últimos 15 años y que supone un derroche que nuestro planeta no se puede permitir. La energía que se pierde a través de las paredes, cubiertas y ventanas de un edificio supone el mayor porcentaje de pérdida energética en el conjunto edificatorio. En concreto, la solución que se de para cubrir los huecos de luz es clave. Según asegura en su documento Guía práctica de energía, entre el 25 y el 30% de la energía que se produce en los hogares se destina enteramente a cubrir lo que se pierde por las ventanas. Además de que a través de un cristal simple se pierde durante el invierno, por cada m2, la energía contenida en 12 kg de gasóleo.
¿Qué podemos hacer para reducir este impacto?
La fórmula es sencilla y se trata simplemente de bajar las persianas de noche.
Este sencillo gesto permite bajar la transmitancia térmica. Y ¿qué es este concepto? Pues es la unidad física (U) que sirve para medir la capacidad de aislamiento térmico de los elementos o componentes de la envolvente térmica de un bloque de viviendas, casas unifamiliares, etc.. Cuanto más bajo es el valor U, mayor es el aislamiento térmico.
Se ha podido demostrar a través de diferentes ensayos, entre ellos el realizado por la dirección de Vivienda, del Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda del Gobierno Vasco en el marco del Programa ERAIKAL, que la disposición de una persiana bajada completamente reduce la transmitancia térmica un 33%, mientras que bajada parcialmente la reduce un 22%. En este ensayo se demostró que una ventana con transmitancia U= 2,70W/m²·K, cuando se baja la persiana su transmitancia para a ser de U= 1,81 W/m²·K (si quiere descargarse el estudio completo pinche aquí).
Transmitancia térmica U (W/m²·K). Fuente: GUÍA TÉCNICA DE PERSIANAS Y CONTRAVENTANAS PARA LA MEJORA DE LA EFICIENCIA ENERGÉTICA EN LOS EDIFICIOS RESIDENCIALES DE EUSKADI
¿Que implica esto a nivel de consumo de calefacción?
Pues evidentemente, si conseguimos un mayor aislamiento, se reducirá la demanda de calefacción en porcentajes aproximados de entre 7,6 y 23,3% en el caso de persianas parcialmente bajadas y entre un 11,4 y 28,8% si están completamente cerradas.
En esta oscilación influyen factores distintos, entre ellos el tipo de lama de persiana y cajón, pues los hay más o menos aislantes, el sistema de accionamiento de la persiana, la orientación de la ventana, etc. En cuanto al aislamiento, las lamas de aluminio perfilado rellenas de poliuretano son muy aconsejables, ya que a su excelente comportamiento funcional sumamos su gran comportamiento térmico, proporcionando al hueco una mayor resistencia térmica.
Patrón tipo de distribución de temperatura en el conjunto del cerramiento (persiana (izqda)+cámara de aire+ventana (dcha)). Misma fuente.
En cuanto al cajón de persiana, hay que tener en cuenta que no todos los que existen en el mercado son iguales. Para valorar cuál utilizar es importante conocer cuál es el valor de su coeficiente de transmitancia térmica (U). Cajones como el ENERGY CUBE de PERSAX pueden alcanzar valores de U= 0,88 W/m²·K, en su versión acústica, que además incorporan un gran aislamiento frente al ruido.
Así que ya sabes, usa tus persianas durante la noche, tu economía y el medioambiente te lo agradecerán.
En PERSAX somos especialistas en aconsejar al profesional sobre la mejor solución de persiana y cajón para conseguir un adecuado confort, eficiencia energética y cumplimiento normativo en los edificios. Si necesitas hablar con nosotros, no dudes en contactarnos en www.persax.es